Cuando me preguntan lo que hago, con mucho entusiasmo contesto que soy psicóloga de adolescentes.
Y la gente casi siempre reacciona con una cara de rechazo y me dicen:
“ah y porque? es que son tan rebeldes, tan difíciles, como te los aguantas?”
Parece mentira pero no es, he escuchado eso muchas veces de las personas.
Y cada vez que escucho para mí es como: “aii que lata que piensen eso”. Y me pregunto: “la gente no se acordara de lo que es ser adolescente?”
Y me pregunto: “no se acordarán de los dolores que tenían? de las preocupaciones que tenían?, de los miedos que tenían?
De las angustias, de las tristezas..”
¡Oigan que no es fácil ser adolescente!
Yo si me acuerdo de mi adolescencia, y la mía al menos no fue para nada fácil.
Yo me acuerdo de mis dolores de esa época, de mis miedos, de mis tristezas…
Yo si muchas veces me sentía perdida, me sentía frustrada.
Y es por eso que elegí atender adolescentes.
Porque creo que empatizo con ellos.
Entiendo que no están siendo rebeldes, ni difíciles.
Entiendo simplemente que no están pasándola bien.
Y qué mejor trabajo que el de colaborar a que puedan vivir la vida que anhelan?
Pues no hay!
Y si con mucho orgullo les digo, soy psicóloga de adolescentes.